DESMEMORIA
José Luis Martín fue fundador, propietario y director durante más de 30 años, del semanario de humor El Jueves. Él la rescató de las manos de una gran empresa, ediciones Z, que no tenía interés por la publicación y acabó, casi cuarenta años más tarde, entregándosela a otra gran empresa que tampoco tenía un interés especial en la misma, RBA. Pero en ese paréntesis de libertad, Martín dirigió y dibujó en una de las grandes revistas de humor que ha tenido este país sin humor. Presumían de tener 500.000 lectores (a 5 lectores por revista vendida), lo que venía a significar que cerca de 40 millones de españoles desconocían su mera existencia. Y eso en sus mejores momentos, que no eran otros que cuando fustigaban a sus queridos Borbones. Tocando los Borbones lo llamaban ellos.
Desmemorias de una revista satírica es un magnífico libro de memorias de una época. La que va desde el principio del paripé democrático hasta el año 2017, que es cuando Martín abandona el barco tras rendirlo al enemigo. En otra época -Carceller y La Traca- la cosa acababa en fusilamiento. Ahora termina vendiéndose la sátira al poder económico satirizado. ¡O tempora, o mores!, que diría Cicerón.
Nos hacemos GRANDES HITOS que dirían Les Lutiers
Horrible portada para el #1. Era como las de Hermano lobo pero en cutre. Luego vendrían otras imitando a Por favor y otras más haciendo lo mismo con El Papus. Posteriormente encontrarían su propio estilo.
Primer secuestro. La mayor parte de los problemas legales los tenían con la Iglesia Católica, con el Fiscal de turno y con unos piadosos jueces dispuestos a admitir estas querellas a trámite.
La estela de Charlie Hebdo. La prudencia les llevó a hacer esta portada. Algunos católicos les dijeron: ¡Con Mahoma no os atrevéis!. Ellos deberían haber contestado: ¡Quizá es que vosotros no defendéis vuestras creencias como lo hacíais en el siglo XVII!… afortunadamente.
Tocando los Borbones. Esta prolífica etapa dio portadas excelentes.
El secuestro más mediático. La revista se distribuyó a los quioscos y pasó desapercibida hasta que un tal Jorge Javier Vázquez, a la sazón presentador de un programa en la televisión de Berlusconi, denunció en directo a la revista. A Conde Pumpido casi le da un ictus y presenta la denuncia ante el juez Del Olmo que ordena el secuestro de la edición. Esto provoca una carrera, hacia los kioscos, de la policía y de los ávidos lectores, a ver quien llega antes. Y convierte un asunto que solo conocían los cuatro gatos que leían habitualmente la revista, en un fenómeno mundial. ¡Gracias Jorge Javier, gracias Del Olmo, Gracias Pumpido!… debieron pensar en la redacción de la revista.
Cuernos consentidos. Lo que trae hacer caso a mamá Federica cuando decía: Hija, tu traga, que ser reina es un chollo (o algo parecido en prosapia palaciega).
Forrest Gump. Caricatura que representaba el sentir popular sobre el heredero.
La infanta es tonta. Caricatura que representaba el sentir popular sobre la justicia.
Censura y fin de una época. Los de RBA se lo hacen encima. Ordenan la destrucción, en sus talleres, de los 60.000 ejemplares impresos. Media plantilla de dibujantes abandona el barco tras la cacicada de los amos de la revista que obedecen perrunamente a sus superiores jerárquicos. Pero la portada se había subido a la página Web de la revista y, aunque hubo orden inmediata de borrarla, algunos miembros de la cáscara amarga había hecho pantallazos y el escenario del crimen se volvió viral.
Ahora la revista es mensual. Sus mejores plumas y lápices se fueron. No está mal, pero es como si Mundo Obrero lo editase el Conde de Godó.
Jesús Gutiérrez – Santander – septiembre 2024